A Gottlieb Daimler y Karl Benz agradecemos no solo la invención del motor a gasolina que aun hoy utilizamos, sino también la centenaria existencia de los autos de la estrella de 3 puntas, símbolo de clase, lujo, distinción, tecnología, tradición, calidad y sinnúmero de otros apelativos, que aun así, no logran describir las sensaciones o sentimientos que generan esos aparatos.
Siendo la compañía automotriz más antigua del planeta, sus productos, como desde 1886 siguen siendo pioneros en la industria y de una continua e imparable evolución. Gracias a ellos, alrededor del mundo se emularon sus logros, quizá con mayor éxito comercial y económico que los de Stuttgart y hoy todas las marcas tienen un portafolio amplio y variado de autos, para todos los gustos, necesidades y presupuestos. Ante ello, Daimler no ha querido quedarse en la gloria de los dos siglos anteriores, sino ha buscado la manera de mantener su vigencia y liderazgo en el tema.
Hacia 1997 cometió la osadía de desarrollar un producto para un mercado más juvenil y popular, muy diferente a sus grandes y lujosas berlinas. Fue así como el mundo automotor se estremeció con la aparición de la Clase A, un pequeño monovolumen multipropósito de extraño aspecto y controvertido rendimiento, pues no tenía ni la potencia, ni la estabilidad acostumbrada de los autos Mercedes Benz. Las ventas tampoco fueron deslumbrantes, pero tratándose de uno de los precursores del automóvil, no era para menos esperar que terminaran de perfeccionar su idea.
Hoy la Clase A, podríamos decir, llegó a su clímax, en concepto, diseño y tecnología, y que en la última versión gestada desde 2012 ya cosecha los frutos, no solo en masivas ventas para la marca, sino también en una renovación de imagen de la firma alemana. Desde entonces los autos Mercedes Benz han captado la atención por sus atrevidas formas y avances tecnológicos y cautivado una clientela cada vez mas joven y vanguardista. El portafolio de productos está más nutrido y copioso que nunca en la historia de la compañía, pero aun así conservan intacta la filosofía de exclusividad y calidad.
Probamos la versión A200, la cual por fin llega directamente a competir con el A3 de Audi, la Serie 1 de BMW, Volvo V40, Alfa Romeo Giulietta y otros deportivos y dinámicos modelos, de los que atraen a la juventud.
INGENIOSO DISEÑO
Exteriormente se apuntó Mercedes Benz un “hit”, pues abundan los modernos trazos curveados a través de toda la carrocería (frente, costados, puertas, cristales, cola, etc.) y la incorporación del histórico símbolo como un enorme escudo en la persiana frontal (quizá el más grande de la industria). Este frente es bastante similar a los deportivos de mayor gama como son los S coupé y SL. Todo en el diseño de este carro inspira dinamismo y novedad, por lo cual diríamos, aventaja a los rivales del segmento. Por dentro es la misma percepción, pues el diseño de las salidas de ventilación simulando toberas de un avión y resto de relojes, accesorios, compartimentos y controles manifiestan ingenio y buena calidad, a pesar de alguno que otro plástico duro usado en la consola central baja. Cada detalle dice: “soy un Mercedes”.
Es un auto bastante grande exteriormente, a pesar de la carrocería “hatchback”, mas en el frente, donde además del motor, tiene la tracción (poco común en autos de Daimler AG); hay muy poca distancia del piso (de bastante cuidado en resaltos y garajes) y con rines 17 de bonito diseño, le dan aspecto muy deportivo y agresivo, su mejor cualidad.
VELOZ CÁPSULA
El espacio interior es otra cosa, podriamos decir que es un poco ajustado y mas que un vehículo familiar, es un autentico deportivo, con pequeñas ventanas, asientos deportivos de gran sujeción, buena posición de manejo y sensación de auto de carreras. Esta filosofía gestó a finales de los 70, a los denominados GTi. El vidrio trasero y las líneas ascendentes de las puertas posteriores permiten casi ninguna visibilidad hacia atrás. Esto hace imprescindible el uso de los grandes retrovisores laterales y la muy nítida y efectiva cámara posterior. Cuatro adultos pueden viajar como en un auto deportivo; y un quinto en el asiento posterior central, aunque muy apretado, tendrá la mejor panorámica del viaje.
Los controles están bien distribuidos y al alcance de los dedos, con una pantalla de navegación superpuesta en la parte superior central del tablero (este último de buen diseño y materiales) desde donde se operan la mayoría de funciones del auto, pero añorando la interfaz y los comandos “touch mouse” que usan los más recientes modelos de mayor gama de la marca. Cinco atractivas toberas de ventilación, tres de ellas centrales, envían gran flujo de aire a toda la cabina. El selector de marchas en la columna de dirección libera mucho espacio, es de muy rápido uso y permite usar las “paddle shift” del timón directamente, lo que es muy cómodo para operar manualmente la caja de velocidades. Habíamos elogiado las sillas delanteras, en forma y materiales, además las útiles gavetas bajo los asientos y demás espacios en puertas y tablero. Los apoyos para cabeza en el asiento trasero llegan casi al techo, por lo cual restan visibilidad. El techo panorámico es muy amplio, y abierto libera mucha sensación de libertad y espacio. El maletero tiene espacio suficiente y útil para usar, con mallas para organizar y de buen acceso y presentación. La manija interna para sujetar el portón del baúl es de mucha utilidad. Otro aspecto a mencionar es la falta de llanta de repuesto (ruedas “runflat”).
¿UN GTI MERCEDES?
Los puristas de la marca siguen escépticos, aun reacios con la introducción de la tracción delantera en este modelo. Pero debemos decir que se ha distribuido bien el peso y es un auto dinámico en su conducción, de buena estabilidad y agarre en curvas, ágil para cruzar, estable en frenadas, por lo cual el espíritu deportivo en este modelo no se ve afectado. Sumado a ello se tienen enormes frenos, todas las ayudas en tracción y en la motorización que probamos la A200 de 1.6 litros turbo cargado hay 156 Hp y excelentes 250 Nm de torque que se entregan a solo 1.200 rpm, por lo cual es muy ágil en “pique” y en la respuesta cuando se le exige. Los cambios son ágiles en modo automático o con la selección manual detrás del timón, aunque podrían serlo un poco más.
En general la sensación a bordo por tamaño interno y como se percibe su conducción, estamos ante un “fierro” muy poco similar a lo habitual de un Mercedes, debemos decir que es una nueva tipología en la marca, pero muy veterana en el mercado. ¿Estamos hablando de un GTi? Nos atreveríamos a decir que si claramente.
Este planteamiento mecánico, la presentación y diseño de la carrocería, estamos ante un auto muy cercano a esa tipología de GTi que hiciera famosa el Volkswagen Golf y otros modelos que lo imitaron con éxito desde las últimas décadas del siglo XX. De hecho el A200 podría decirse es un lujoso y exclusivo contendor para la categoría o gama del actual Golf, de ahí que no sea extraño que este modelo muerda una gran tajada de ese mercado, dadas las virtudes que logramos ver en esta prueba y las que descubran y valoren los que se acerquen y degusten este auto. Por tamaño exterior puede estar sobredimensionado, pero la sensación a bordo es tan o más parecida a los que llegaron a denominar “cohetes de bolsillo”. Y un extra para agregar y que lo convierte en inalcanzable, es la más poderosa versión, la A 45 AMG, que eleva la potencia a nada menos que 360 Hp.
Sin dudas una perfeccionada apuesta de la firma de la estrella alemana, que está cautivando a un nuevo público y llenando todas las opciones, con un producto bonito, novedoso, con la tradicional calidad, con picante y emoción y con un precio bastante asequible, alrededor de 80 millones para la versión que probamos (Junio 2014).
¡Bienvenida esta nueva estrella, como fue bienvenida su idea hace 128 años y que hasta hoy sigue brillando!
Texto: Isaac Pereira y Mauricio Macías
Fotografía y Video: Mauricio Macias
Agradecimiento: Alemautos