Fuente | Cesvi Colombia
Cuando se habla de la situación actual del tráfico en el país necesariamente se nos cruza por la cabeza la idea de los accidentes de tránsito. El Instituto Nacional de Medicina Legal recientemente publicó las cifras de accidentalidad en 2016 cuando, a pesar de los múltiples esfuerzos, hubo 45.256 heridos y 7.280 muertos en accidentes de tránsito.
Zafadas de cadena
A pesar de sus bondades, desafortunadamente cuando se sale a la vía y se observa el comportamiento de algunos ciclistas, se encuentran las razones del número de accidentes que evidencian las estadísticas y, es más, surge una pregunta: ¿cómo no es mayor su número?
Dentro de las malas conductas que más se ven en los ciclistas se encuentra el irrespeto a los semáforos y a los PARE, su ubicación dentro del carril, su tránsito en grupo, el porte de elementos de seguridad, el transporte de pasajeros y el desdén por la ciclorruta o bicicarril.
En cuanto a los semáforos, los ciclistas deben interpretarlos de la misma forma que lo hacen los demás conductores, es decir, no se deben cruzar en rojo. De igual forma, la señal de PARE también les aplica a los conductores de bicicleta y se deben detener completamente ante ella.
Ni hablar de escudarse en que por ocupar un espacio inferior al de otro vehículo sobre la vía, esto no implica que le sea permitido al ciclista circular en contravía.
El ciclista también tiene normas de tránsito
En el artículo 94 y 95 del CNT se indican normas específicas para las bicicletas; sin embargo, es importante señalar que se debe estar actualizando constantemente este tema. Por ejemplo, en octubre de 2016 se modificó el artículo 95 del código (ley 1811 de octubre de 2016) y el resultado es de suma atención:
Es importante resaltar que esto supone un encuentro en la vía entre vehículos que podrían circular a velocidades muy diferentes lo que, sumado a la insuficiente infraestructura vial, podría representar un alto riesgo de accidente.
Por otra parte, los ciclistas deben transitar uno detrás del otro y no al lado, como algunos de ellos suelen hacerlo. Esto garantiza el espacio de cada uno en caso de una maniobra de emergencia y evita que ellos ocupen más espacio del necesario en la calzada.
Un punto fundamental es el casco y elementos de protección personal del ciclista: no se deben dejar de portar los adecuados, en horas nocturnas deberán encender dispositivos en la parte delantera que proyecten luz blanca y, en la parte trasera, que reflecten luz roja.
Por último, aun cuando debería ser lógico, es algo que se omite con mucha frecuencia: cuando exista la ciclorruta o el bicicarril, los ciclistas deben utilizarla porque es un corredor vial exclusivo para ellos, que ofrece mayor seguridad y, en conjunto con una conducción preventiva, se aporta a la seguridad vial de todos.
Es necesario hacer referencia a la interacción del ciclista con los demás actores viales. Esta relación será más armónica siempre y cuando unos y otros conozcan muy bien sus obligaciones y respeten la normatividad vigente. Tolerancia y comprensión con las limitaciones de cada actor hará que todos aportemos a que las estadísticas disminuyan y se logre cambiar la tendencia actual.